La bella Italia es conocida por su herencia artística, culinaria y lingüística; además de su gran influencia histórica. También es distinguido por la amabilidad de su gente, por sus marcas de moda en ropa y por la forma tan peculiar que tiene el territorio del país. Sin embargo, existe otro motivo por el cual el país con forma de bota es renombrado: Los autos de lujo.

La historia comienza con el artista Leonardo Da Vinci, reconocido pintor e inventor, que diseñó y planificó el vehículo moderno; a este gran artista, lo siguió Nicolas Joseph Cugno, el creador del camión de vapor.

Fue hasta 1850 cuando el ingeniero Nicolò Barsanti,  aplicó los conocimientos de aquel entonces sobre física a los motores y logró modernizarlo, logrando la patente en distintos países europeos.

El gran salto llegó con los lujosos autos Ferrari, fundados en 1929 por Enzo Ferrari, con el objetivo de armar autos de carrera para la marca Alfa Romeo, la cual ya era uno de los fabricantes más grandes de Italia, al punto que Henry Ford decía: “Cuando veo pasar un Alfa Romeo, me quito el sombrero”.

En 1947 Enzo decide separarse de Alfa Romeo y crear su propia Scuderia, logrando grandes éxitos en diversas competiciones como Le Mans y el gran premio de la formula 1. Años más tarde, Ferrari y Fiat se unieron y crearon vehículos de alta gama incoporando elementos de los autos de carrera en autos de lujo.

Con los años, nombres como Lamborghini, Lancia y Maserati comenzaron a sonar por todo el mundo e Italia se volvió un referente en la industria del automovilismo. Todas estas marcas representan el lujo y exquisitez italiana. Los mismos Italianos se sienten orgullosos de su cultura automovilística, pues saben que en la combinación de diseño y funcionalidad, no tienen competencia.