El Polo es la actividad ecuestre por excelencia. Con más de dos mil años de historia, se practicaba ya desde la antigua Asia Central, en donde existieron distintos partidos entre las naciones persas y las turcomanas durante el siglo VI a.C.  

Siglos más tarde, el juego entró a Constantinopla donde se formalizó como discipina para entrenar a los jinetes dentro de las caballerías. Fue en este lugar donde las clases altas se interesaron y lo compartieron con sus similares de China. El gigante asiático se encontraba en una época dorada y el Polo fue electo como el deporte por excelencia durante ese tiempo.

Posteriormente, este arte llegó a Japón, al mismo tiempo que a Pakistán e India. En este último se practicó  tanto con equinos como con elefantes.

Fue precisamente en Manipur, India donde los británicos inmigrantes, trabajadores en la industria del té, se fascinaron con este deporte y decidieron crear la primer liga oficial de Polo en 1859 con el nombre de “Silchar Polo Club”.

Esta euforia se extendió entre los aristócratas y gobernantes europeos donde adquirió una enorme popularidad en el mundo occidental. Más tarde con la inmigración italiana, el juego llegó a Argentina, donde actualmente se lleva a cabo “El Campeonato Argentino Abierto de Polo”, también conocido como “Abierto de Palermo”, el cual es el máximo certamen de interclubes a nivel mundial.

En México es la Federación Mexicana de Polo quien organiza, valida y regula las competencias, clubes, jugadores y árbitros a nivel profesional y amateur. Definitivamente un deporte que a través de su historia ha demostrado ser excelente disciplina para combate y un deporte que fomenta el trabajo en equipo, sin perder ese estatus que ha sido heredado desde europa.